Efectos secundarios de males menores. Mi mayor error llegó
al mundo el día que alguien que no era yo supo mis temores. El sentido común
como el menos común de todos los sentidos. Reglas aprendidas de memoria y
metidas a bocajarro. Les diremos quienes somos, ellos nos dirán cómo y cuándo.
Un mundo que se va de las manos paso tras paso. Sentir que no encajo en la
casilla que me ha tocado. Haz lo que te diga pero no lo que yo hago. Fallo caigo y me levanto, quedan rastro de
las derrotas en rodillas muñecas y alma, la voz se quiebra y la mirada tiembla,
te delata el rostro. Y cuando silencies te dirán que quien calla otorga, y
otorgarás por preferir la paz contigo a
la guerra con el resto. Tu gesto, capitán de tus señales, allí donde mires será
por donde andes. Permanece en calma, la
tormenta cesa, y tus vaivenes cesarán antes que la tierra llegue. Bailar a piés
cruzados y sentirte en orden, saltar la
barrera y sentirte grande, lo prohíbido
siempre te resultará más tentador, dicen las madres. Los pasos marcados quedan vulgares, nunca
habrá nada como escuchar tu melodía y
ver como tu cuerpo define sus propios ritmos. Hacer ruido al beber y cambiar los pasos que
sigue el resto, combinar rayadas y cuadros y lucir preciosa, que tu belleza
como más presente está es recién levantada y con un un pijama de esos que queda
bien grande. De blanco en invierno y de negro en verano, cortátelo cuando el
resto lo lleve largo, décorate de vez en cuando. Pero nunca pierdas de vista la
esencia de eso que ves cuando te miras al espejo.
Las normas para los
cuerdos, mientras tanto nada me resultará más divertido que perder mi sano
juicio por alguien que me vuelva loca.
Zapato derecho, pié izquierdo. Que siga el baile