miércoles, 28 de agosto de 2013

vidas enmascaradas

Con un mundo a nuestro al rededor que nos ata desde antes de nacer. Con una sociedad tan brusca, que nos pone mascaras de hierro para no permitirnos ver. Sujetos a roles, ideas, costumbres.. sujetos a hacer todo lo que hace el resto de muchedumbre. Obligados a tener un papel concreto, apariencias determinadas, modales pautados,  una vida ya adscrita, un futuro ya premeditado. "Somos libres"...pensamos ¿en serio? ¿ con un Universo que de antemano pone unas normas que nos atan de pies y brazos? 
El ser humano es jodidamente increíble, en su misma forma, en su propio envoltorio, en cuerpo y alma,en sí mismo únicamente, en su estado natural, auténtico, ya sabes. Pero vivimos empeñados y obligados a taparnos con ropas y reglas que nos cubren y limitan hasta las mentes, para no tener que ir a contracorriente, para vivir más cómodos siguiendo los pasos de anteriores referentes, uniéndonos a vivir como vive el resto de la gente. Porque parece que olvidamos que la libertad es aquello que nosotros, uno a uno, queramos que sea, en vez de cerrar los ojos y dejarnos guiar para que otros sean quienes nos llevan. Lo que tendría que ser normal, a día de hoy se considera extraño, el hecho de dar nuevos pasos, de vivir un poco a tu manera,por otro lado.
Así somos... así estamos, viviendo sin vivir, creyendo que vivimos de forma  feliz, porque así nos dice nuestro entorno que debemos ser, así es como debemos existir. Porque a quién se atreve destacar se le hunde, porque no está bien visto cambiar de costumbres. Porque las historias nuevas amedrantan al mundo, para ser normal tienes que ser sordo ciego y mudo. Encadenados a un mundo que nos amenaza si cambiamos de rumbo... 
Querer dar el paso, contar un propio cuento que no se haya contado antes, vivir una vida que no se haya vivido antes, decir cosas nunca dichas, hacer cosas nunca hechas, ver cosas nunca vistas,y que te tomen por loco si así lo desean.Porque tu libertad, si es de verdad, en este planeta le llaman locura, y dicen ponerle remedio en hospitales psiquiátricos y unos señores llamados "curas" . Ayudar a esta pequeña mota del universo a abrir sus parapetos. Para que los sueños dejen de ser considerados pecados, para que las almas libres sean las que más de una vez por todas, y no las que menos..
Diseñar nuestra propia vida, desde el suelo hasta el cielo, rompamos los moldes y juguemos a ser nuestros propios dueños. Aprovechemos la única oportunidad que tenemos de existir, vamos a estar muertos mucho tiempo.

mío y de otros

Me gusta dormir, quizá es lo que más me gusta en esta vida. Y quizá me gusta tanto porque me cuesta mucho conciliar el sueño.
No soy de esas que tan sólo con meterse en la cama se duermen. Ni tan siquiera consigo dormire en un coche, ni en una silla de un aeropuerto, ni estirada en la playa medio borracha.
Desde pequeña he pensado que dormir te aparta del mundo, te hace inmune a sus ataques. La gente sólo puede atacar a los despiertos, a los que están con los ojos abiertos. Los que desaparecemos en medio del sueño, somos inofensivos.
Pero me cuesta llegar al sueño.Debo confesaros que siempre he necesitado una cama para dormir, y aún diré más, mi cama. Por ello siempre he admirado a aquella gente que a los dos segundos de colocar su cabeza sobra cualquier tipo de superfície se queda completamente dormida. Los admiro y los envidio...¿O acaso puedes admirar algo que no envidias? ¿ O puedes envidiar algo que no admiras? Yo siempre necesito mi cama, creo que es una buena definición acerca de mí, bueno, quizá acerca de mi sueño. Además, pienso que tu cama, perdón, conrrijo, tu almohada, es el elemento más importante en la vida de una persona.
Y lo cierto es que tardas años en hacer tuya una almohada, cientos de dormidas para darle esa forma tan especial que la define y que tanto te atrae y te lleva al sueño.
Al fina, sabes cómo doblar la almohada para conseguir el sueño perfecto, cómo girarla para que la temperatura no sobrepase la que te gusta. Incluso sabes como huele después de una buena dormida. Ojalá pusiésemos saber tanto de las personas que amamos y duermen a nuestro lado.
Aunque tengo que deciros que yo no creo en el amor, ya lo dejo claro para que no queden dudas. No creo en amarse, no creo en morir de amor, no creo en suspirar por otra persona, en dejar de comer por una persona especial.
Pero en lo que sí he creído siempre es en que las almohadas llevan en su interior parte de tus pesadiillas, de tus problemas y de tus sueños. Y es por esa razón por lo que les ponemos esas fundas: para no ver los rastros de nuestra vida. A nadie le gusta verse reflejado en un objecto. Dicen tanto de nosotros nuestros coches, nuestro móviles, nuestra ropa....
Desde pequeña, si sabía que algo bueno me pasaría al día siguiente no pegaba ojo en toda la noche. Dejaba la persiana totalmente subida para que el amanecer me golpeara en el rostro y el nuevo día llegara tan y tan rápido que el sueño no durase más que unos anuncios.
..Pero volvamos al tema, soy una impaciente, lo sé y me gusta. Creo que aunque la impaciencia se convirtió un día en un defecto horrible, todos sabemos que es una virtud. Algún día, el mundo será de los impacientes. O eso espero.
El móvil volvío a sonar y se introdujo en mi profundo sueño. Recuerdo que aquel día soñaba con peces que tenían cabeza de águila. Si, me encanta mezclar conceptos, sentirme un poco Diosa en mis sueños.
Por cierto.. acabé enamorándome de forma estúpida y poco inteligente, por eso, a día de hoy, sigo sin creer en el amor.