el peor de los males

Se acabaron los dramas. Se acabaron mis balas, se apagaron las llamas y volaron las cenizas. Bajemos bandera que nuestra batalla no llegó a significar ninguna conquista. Levantemos la mano en son de paz que estas tierras ya tenían dueño y no quedan ya duelos por ganar, todas las cartas que aquí nos quedan nos harán perder.
Huye de mí, coge los restos de aquello que eras, guárdalos en una maleta y consérvalos, o tíralos a la primera cuneta que veas. Lárgate de este terreno, porque la selva en la que vivíamos ha sido prendida fuego, y nos estamos metiendo en terreno embarrado y resbaladizo. Huye de mí antes de que no me quede más remedio que seguirte para siempre. Deshazte de lo que soy antes que te convierta en lo más mío que existe. Quema en la más intensa de las fogatas cualquier resto de sentimiento que provenga de mí, todo aquello mío que te persiga, haz que se lo lleve el peor de los demonios. Porque para que tu y yo volvamos a existir en paz sobre el mismo suelo, todo el pasado tendremos que arrastrarlo hasta el infierno.
Huye de mí antes de que me convierta en el peor de tus castigos, antes de ser, sin querer, el peor de tus enemigos. Te prometo que siempre admiré tu coraje por atreverte a quererme, por arriesgarte a entrar en mi persona. Pero te juro que me repugna tu cobardía, por haberte subido al carro de la mayoría, por no haber sido valiente y haber tirado hacia adelante. Sabes? En ese laberinto había muchas cosas que darte, se quedaron sorpresas y rincones pendientes.
Huye de mí antes de que dependas de cada parte de mi esencia, y no te vuelvas a atrever a mirarme ni tocarme, ni a acercarte, porque te aseguro que este mundo ya te ha quedado demasiado grande.
Huye de mí antes de que el odio se convierta en pena, antes de que el rencor se convierta en condena, antes de que las cenizas te nublen la vida, antes de que el karma te  enjuicie y te amargue los días.
Huye de mí, que yo de ti ya no puedo.


Fdo: enfermedad pasajera