sábado, 4 de septiembre de 2010

búscame

Y te fuiste y todo se convirtió en un calvario sin ti.


Yo me convertí en parte del escenario, el resto del mundo se convirtió en nada. En un vacío embriagador… En un vacío satisfactorio. Porque al menos me quedaba algo de ti, por mucho daño que me hiciese. Los sabores desaparecieron, las sensaciones no existían, las caricias se esfumaron, los sueños se borraron y los días pasaban sin más. En vez de que cada día fuera un día más de vida para disfrutar, cada día se convirtió en un día menos para estar cerca de ti, un día más perdido, un día más parado, un día más sin tiempo, un día más muerto. Y cada canción que antes me había llenado de felicidad, había llenado cada uno de mis sueños, a partir de ese día se convirtió en cien mil puñaladas directas al corazón. Cada imagen que me hacía sonreír como una tonta por aquel “y si…” se fue sin querer dejar rastro. Cada segundo, cada minuto y cada hora del día que antes había ocupado llenándolos de fantasías y cuentos de princesas, se hicieron parte de la nada, se hicieron parte de algo que los borró por completo, todo se esfumó, todo desapareció, ahora parecía que nada había ocurrido de verdad, ya no quedaba nada bueno. Quise que todo desapareciera, que se fuera hasta el último recuerdo tuyo, hasta la última de tus palabras… Porque todo dolía, todo duele, porque sabía que no tenía que volver a ti, sabía que no me tocaba esta vez a mi ir a buscarte, sabía que ahora tocaba huir, alejarme, correr, irme lejos, de todo lo que pudiera recordarme a ti, pero no lo consigo..sigues aquí. Quiero salir corriendo, pero sé que me moriría si no vinieras a buscarme

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